Jugando con la psicoacústica (II): Fletcher-Munson

Nuestro oído está diseñado para la inteligibilidad de la comunicación oral —es decir, para tener una respuesta perfecta entre 2 y 6 kHz—. Pero tal como reflejan las curvas isofónicas o de Fletcher-Munson, nos cuesta escuchar los sonidos cuya frecuencia esté fuera de ese rango.

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